Segundo libro de relatos de Jon Bilbao en el último mes. Claro, llego con un subidón tras la lectura de Estrómboli. Comienzo la lectura del libro con miedo de que la ilusión se desinfle.
Portada de Física Familiar |
Un viudo reciente comienza a sentir miedo de las construcciones que su hijo realiza con Lego; el enfrentamiento a muerte con un extraño perro negro lleva a un hombre a replantearse los problemas de su matrimonio; dos hermanas desavenidas compiten entre sí en el exigente y descorazonador entorno de los desguazadores de barcos de la ciudad rusa de Múrmansk; durante unas vacaciones en el Mediterráneo, un hombre descubre un placer inesperado en esculpir dientes de cera para su mujer… Por debajo de su aparente heterogeneidad, los relatos de esta colección abordan desde diversos planteamientos narrativos el concepto de familia.
Exponen los afectos, las incógnitas y los horrores que conviven en su seno, y exploran los límites de la institución —desde la aparición en la tierra de las primeras familias hasta la renuncia decidida a todo tipo de relación personal—.
De nuevo las historias en torno a la familia y las relaciones personales. Muy parecido en ese sentido a Estrómboli pero mientras que éste mostraba a los personajes en situaciones un tanto ajenas, con hechos que marcaban un antes y un después en la historia, en Física familiar seguimos a personas que se enfrentan a sus rutinas con las mismas sensaciones de incredulidad, reconocimiento, celos…
Común también a la reseña anterior de Jon Bilbao son los encuentros con los finales como nexo de unión. Si en el caso de Estrómboli eran finales cerrados pero totalmente impredecibles y chocantes, en Física familiar los finales son abiertos, dejando al lector con la imaginación trotando por páramos insospechados. Igual de geniales que los anteriores. Ésta es una característica que me ha encandilado.
Como digo, todos los relatos se mueven en una rutina conocida por los personajes, y algo muy nimio ejerce todo el poder de modificar sus vidas. Todas las historias merecen la pena, todas me han gustado muchísimo. Destacaría la primera “Física familiar” por su cruce con el principio de incertidumbre de Heisenberg. Me ha encantado su relación con el relato.
Jon Bilbao |
Haciendo balance, por ahora Jon Bilbao acierto dos de dos en su lectura. Ya estoy planificando mi próxima víctima…
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