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El infinito en la palma de la mano, Gioconda Belli (Seix Barral)

Siguiendo la recomendación de una amiga, he leído mi primer libro de Gioconda Belli, autora nicaragüense de notable prestigio. Cuando le pedí que me aconsejara dos títulos de esta escritora - por cierto, su escritora favorita - sin dudarlo nombró dos: Waslala y el que hoy nos trae entre manos: El infinito en la palma de la mano. Elegí este porque me resultó interesante el argumento del libro: a partir del mito de Adán y Eva, Belli crea una historia novelizada no del todo fiel a nuestra versión de la Biblia aunque inspirada en diversos textos apócrifos que la autora asegura haber descubierto.
 

Portada del libro, editado por Seix Barral

Con esta premisa me apetecía muchísimo leer el libro. Me interesan especialmente las historias de ficción que juegan con la realidad, la deforman, la bordean sin que la historia deje de ser ficción, y la variante de crear ficción sobre ficción me parece una variante especialmente atractiva. Si a eso le añado que el Génesis me parece un libro apasionante (más allá de las connotaciones religiosas) podéis entender que el libro me haya durado dos días.

La historia que Belli nos cuenta (desde la aparición de Adán hasta el destierro de Caín) nos es familiar de principio a fin. Lo que hace la autora es detenerse, narrar con sosiego los primeros pasos de Adán y Eva en la tierra, su distante relación con Ekolim (Dios) y su relación cómplice con la serpiente, que más que una representación del pecado se nos presenta como un reverso de Ekolim, confidente de éste y transmisor e interpretador de sus preceptos.

Es un libro que trata sobre aquello que nos hace humanos: la capacidad de elección, las consecuencias de nuestros actos, la controvertida distinción del bien y del mal, la confianza en el prójimo, el miedo al futuro y a lo desconocido ; es decir, lo que se puede extraer de una lectura crítica y analítica de este pequeño fragmento de la Biblia (apenas 40 versículos)  aquí se nos presenta de forma explícita, literariamente enriquecida.

Más que una novelización del Génesis (de esta pequeña parte), El infinito en la palma de la mano vendría a ser la novela que encierra  el mito de Adán y Eva y que en la Biblia, una vez leído el libro de Belli, parece presentarse en forma de elipsis: como si primero hubiera sido esta novela y luego - a modo de resumen - el texto sagrado que todos conocemos.

La narrativa de Gioconda Belli es limpia, bella y descriptiva. La autora domina el ritmo de la narración y su capacidad de manejar varios puntos de vista en el mismo desarrollo temporal es la propia de los buenos escritores. Sin duda, estoy deseando leer una segunda novela suya (será Waslala, claro) para poder confirmar estas sensaciones.
 
Gioconda Belli
Como curiosidad, me ha gustado especialmente la versión que el libro cuenta de la historia entre Caín y Abel; muy distinta a la que conocemos y por cierto, mucho más creíble, dentro de lo que cabe, claro.

Nunca es tarde para descubrir a un escritor, y leerle con la ilusión propia de lo no conocido. Gioconda Belli es una de esas escritoras que merece ser leída y recomendada, por lo que, continuando la cadena de recomendaciones que siempre nos brinda un buen libro, os paso el testigo que mi amiga Ana me entregó y os invito a leer esta magnífica novela. 

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