Lo primero que puede llamar la atención de este libro es la ilustración de su portada. Es la ilustración original de Edward Gorey con la que se publicó la novela en 1963. Y describe perfectamente el argumento de ella. Dos niños contándose sus miedos, planeando travesuras mientras miman a un puma que no parece que esté muy contento con la situación. También llama la atención claramente el título. Puede pensarse que es una metáfora, una broma. No, esos dos encantadores chiquillos están planeando matar al tío de uno de ellos. Literalmente.
Barnaby Gaunt tiene diez años y acaba de quedarse huérfano. Solo y desamparado en la vida, ha de vivir con su tío, por lo que viaja a una preciosa isla remota de la costa de Canadá, llena de amables ancianitos y donde hay hasta un policía montado. A primera vista, todo indica que le espera un verano perfecto. Salvo por un pequeño problema: su tío está tratando de matarlo. Heredero de una fortuna de diez millones de dólares, Barnaby se cansa de decirle a todo el mundo que su tío, un hombre misterioso y aterrador, anda detrás de su herencia, pero nadie le cree. Nadie salvo Christie, una niña rara y de poco comer, que llega a la conclusión de que Barnaby solo puede detener a su demoniaco tío de una manera: matándolo primero a él. Y así, con la ayuda de Una Oreja, un puma salvaje a quien los isleños atormentan desde hace años, Christie y Barnaby traman un plan infalible.
Impedimenta edita por primera vez en nuestro idioma este clásico impagable. Y han vuelto a elegir bien. El humor irónico, escondido detrás de la ingenuidad de pensamiento de unos niños, la ternura que despiertan, el estremecimiento que provocan los planes del tío…hace de esta novela un verdadero placer. Para disfrutar sin reparos.
Los personajes enamoran. La cordialidad de la gente de la isla, el policía montado que vigila los pasos de los niños y sus cuidadores. Todos hacen que quieras formar parte de la historia y trasladarte allí para poner fin a la perversa motivación del tío. El libro no es infantil aunque se desgrana desde el punto de vista de estos. Pero no ahorra en crudos acontecimientos que te ponen la carne de gallina. Las siniestras sesiones de hipnotismo, uy, te hacen aferrarte a la manta con fuerza.
Al consultar la red sobre este libro antes de adquirirlo me enteré que se rodó una película de William Castle en los años 60 basada en él. Lo cuento como curiosidad por si a alguien le apetece ponerle cara y cuerpo a esta historia. Sin duda es totalmente adaptable a este medio. Es carnaza pura y dura para alguien como Tim Burton.
Pertenece a la categoría de libros que etiqueto para volver a leer dentro de unos años. Porque me ha entretenido, me ha divertido, enternecido, asustado…todas las emociones que puedes pedirle a una novela las ha cumplido. No es una historia pretenciosa, más bien podría considerarse una lectura ligera, que consigue lo que muchas sesudas se esfuerzan en alcanzar. La constatación de que te ha picado de nuevo el gusanillo del placer de leer.
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